Ellas exclamaron el oro la pantera la escarcha
Ellas soplan con intensidad. sobre cualquiera ruta
Detrás de su amor se fijan los delirios
Y un palangrero rueda con anticipación de eco.
Ellas piden sonrientes el olvido y reclaman
A veces con furia la piedad para sus actos
Solicitan la. muerte a voluntad a cuerpo de rey
Agotadas inmóviles aves de la edad de oro.
Una marea de lámparas sube por sus hombros
A solas están frenéticas ajusticiadas por la. Vida
Exhiben sus sueńos los copian con sus uńas
Y caminan llevando una copa de agua a sus orejas.
Se sientan frente a un auditor de sombras
Destilan la belleza hablan con gran poder
Reducen el sueńo al sol la sed de las esfinges
Y la vida finge sus cúmulos de sangre.
Un haz de luz pregona su sueńo Yolanda mientras otras
Luces les encadenan les reducen les rebanan
Los .ojos asociados bajan para beber
Mientras el manicomio de sus senos de nutria.
Estrellas abascantes como migas de armińo
Se dilatan en la plena circulación de sangre
Todos los pantanos con fiebres mistagógicas
Hacen brotar sepulcros de antes del diluvio.
Sus cabellos seduce un suave blancor de liendres
Inspiradas alzando sus ojos para ahogarse
Besándose unas como bellas ficatrices
Protestan con ardor cuerpos desenterrados.
En sus corpińos lacres guardan golosinas
Plumas cajas de fósforos matad los médicos
Matad las monjas las calvas las podridas
Unos ojos abstractos miran crecer el mar.
Ellas tienen cincuenta millas de altura
Y sus pies de trigo en zapatos de llamas
Arden en genuinos lechos giratorios
En las islas vellosas calzadas de crueldad.
Pero nada ecolálica de camisa de fuerza
Erotomanía ideas fijas tribadismo chacales
Buscad con furia pasad por el tamiz
Hechas trizas la muerte mueren desvaloricen.
Grandes comecabellos con aire cercenado
Pálida ajusticiada a quien un susurro hiere
Sigue con más atención que un sabio sus descargas
Que susurran el nombre que piensa despistar.